Los pacientes afectados por el VIH a menudo presentan complicaciones neuropáticas derivadas
de su enfermedad de base o secundarias al tratamiento antiretroviral.
En estos pacientes se producen determinados daños en los nervios periféricos, en la red de comunicaciones que
transmite información desde el cerebro y la médula espinal a todas las
otras partes del cuerpo, y en la información sensorial de vuelta que envían los nervios periféricos al cerebro y a la médula espinal.
Por lo tanto, el VIH daña de esta manera las fibras nerviosas, las cuales son las encargadas de ayudar a conducir las señales, pero, en este caso, el proceso no se realiza con normalidad, lo cual genera diferentes formas de neuropatía.La polineuropatía distal sensorial es la neuropatía más frecuente en la infección por VIH.
Los síntomas más comunes son entumecimiento, hormigueo, dolor o quemazón
en los dedos y en la planta de los pies. Estas sensaciones pueden ser
particularmente fuertes por la noche y pueden propagarse a las manos.
Las personas afectadas tienen una sensibilidad aumentada al dolor, el
tacto u otros estímulos. El inicio generalmente se produce en las
etapas tardías de la infección por VIH y pueden afectar a la mayoría de
los pacientes en etapas avanzadas de VIH.
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